Angel Sabatini, hijo de Florencio, le da una vuelta al negocio. Comienza a fabricar y vender sus propios equipos de bombeo, separándose así de la fundición. Creó un taller de mecanizados donde se armaban ensamblaban y probaban las bombas sumergibles fabricadas en base a los requerimientos del cliente.
Por Sabatini, Hace 74 años